El ministerio juvenil en la iglesia.
La juventud ha de ser para la iglesia la sabia nueva que trasforme,
renueve y vivifique el corazón de la congregación. Una iglesia donde no se
considera y se le da paso a la juventud, sera un lugar que mas temprano
que tarde, se convertirá en un lugar de tradición, donde lo viejo acabara
destruyendo la poca vida que haya en la iglesia.
Los jóvenes tienen que ser guiados al avivamiento en un
discipulado destinado a fortalecerlos en fe, y a llenarlos con el deseo de
orar y de buscar al Señor como lo mas fundamental en sus vida. No se trata
de distraerlos para que no salgan de la iglesia, esta practica hará de ellos
creyentes sin pasión, entregados a las actividades de la congregación, pero
a la larga los apagara espiritualmente, y estarán carentes de un verdadero
llamado del Señor en sus vidas.
La juventud necesita un "Josue" que los saque a batallar y los adiestre para
la guerra, que los prepare para poseer la tierra.
Necesitan un "Daniel" que los prepare en la santidad y en la búsqueda de
Dios. Y los anime constantemente a ser diez veces mejores.
Necesitan un "Salomón" que los adiestre en sabiduría y los aparte de la
ramera de este mundo.
Han de tener el ejemplo de David, y los enseñe a matar gigantes y a buscar
a Dios en adoración.
Los jovenes tienen su propio lenguaje, son sinceros cuando hay alguien
que se preocupa de ellos, responden a la hora de ir a predicar, y son
capaces de interceder mejor que nadie, sin tan solo se les inculca esta
practica.
Los jóvenes no entienden de cosas grandes,no les gusta sentirse ignorados,
ellos no son masa, son sensibles, tienen sueños, quieren cosas mejores.
Ellos necesitan estar juntos, y la unidad de ellos afecta la unidad de la
iglesia, necesitan sentirse amados, no usados, no menospreciados, no
ignorados. La juventud puede ser un gran motor en la iglesia, sin tan solo
se les prepara correctamente.
El mundo tiene una boca muy grande y se esta tragando a miles, millones
de jóvenes en todas las iglesias, porque no hay visión hacia ellos.
Los celos, las envidias, el creer equivocadamente que los que están al
frente de ellos pueden ser un peligro de división para la iglesia; hace que
muchas veces se anule el ministerio juvenil en las iglesias, y esto destruye
pilares poderosos y hace que muchos queden a merced del enemigo. El
ministerio juvenil es necesario, y aunque la biblia no habla de esto, no
significa que no sea necesario, hay multitud de dones y diversidad de
ministerios, y son dados para la edificación y provecho de la iglesia. Que
Dios nos de el entendimiento, y la valentía, para dejar que Dios haga la
obra tambien con la juventud, no como un colectivo aparte, si no como una
pieza de unidad en la iglesia de Dios.
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